En estos tiempos aciagos de corrupción política, saqueo, pobreza y resurgimiento del fascismo tenemos que volver los ojos atrás, a los tiempos en los que quienes nos precedieron ganaron para nosotros y nosotras, con su sudor, sus lágrimas y hasta su sangre, los derechos civiles y laborales que día a día nos están robando con el mayor de los descaros. Tenemos que rehacer su camino y volver a combatir con decisión e inteligencia a un régimen demasiado semejante al que tuvo que padecer en su día Joaquín Costa, nuestro "León de Graus", cuyo legado (no exento de contradicciones e ideas superadas pues como cualquiera fue hijo de su tiempo), y muy en especial sus conocidos lemas ESCUELA Y DESPENSA y DOBLE LLAVE AL SEPULCRO DEL CID PARA QUE NO VUELVA A CABALGAR, se hacen ahora tan necesarios, por desgracia, como hace un siglo. Por ello (
ya lo decíamos el año pasado por estas fechas, anunciando el homenaje en el 105 aniversario de su muerte), seguimos defendiendo que el verdadero homenaje que deberíamos rendir a quien fuera la figura más destacada del Regeneracionismo es continuar con su labor de regeneración social y política.
Y es que ha pasado ya un año desde el anterior homenaje y, sin embargo, lejos de atisbarse signos de regeneración de la vida política y lejos, muy lejos, de resolverse los graves problemas que azotan a los ciudadanos y ciudadanas de este país, vemos que nada en absoluto ha cambiado. Si acaso, contemplamos ahora cómo, quitándose las máscaras sin el menor pudor, los guardianes del bipartidismo y del régimen del 78 se unen para impedir cambio alguno que pueda afectar a quienes realmente detentan el poder en España y los sostienen en sus poltronas gracias al férreo control de los medios de comunicación de masas.
Por esta razón,
el homenaje a Joaquín Costa, que, como ya es tradición "institucionalizada",
se llevará a cabo mañana en Graus, a las 13 horas, ante su monumento nos deja una sensación agridulce. Desearíamos que fuera un homenaje popular y no un mero acto simbólico en el que las ideas de Costa quedarán, como poco, en un segundo plano.
En cualquier caso, nuestro grupo municipal, por respeto a quienes nos han hecho sus representantes públicos, asistirá a los actos (excusando, eso sí, su asistencia al vino español con que se cerrarán), pero lo hará con el firme propósito de seguir trabajando, mañana, pasado y día a día por el pan y la libertad por las que clamó Costa en su día y que, a inicios del siglo XXI, siguen faltando a la mayoría de nuestros conciudadanos y conciudadanas.
Cerramos este post con unas palabras escritas por el "León de Graus" allá por 1902 (en su obra "La tierra y la cuestión social"), pero que parecen retratar a la perfección la situación en la que seguimos viviendo en este país:
El pueblo gime en la misma servidumbre que antes, la libertad no ha penetrado en su hogar, su mísera suerte no ha cambiado en lo más mínimo, como no sea para empeorar [...]. Se contentaron con la sombra, olvidando la verdadera sustancia de la libertad y su verdadera garantía, que se hallan en la escuela y en la despensa; y el fracaso era inevitable. No vieron que la libertad sin garbanzos no es libertad. No vieron que por encima de todas las Constituciones y de todos los derechos individuales y de todas las urnas electorales, el que tiene la llave del estómago tiene la llave de la conciencia, y, por tanto, que el que tiene el estómago dependiente de ajenas despensas no puede ir a donde quiere; no puede hacer lo que quiere, no puede pensar como quiere; no puede el día de las elecciones votar a quien quiere; no reflexionaron que el que no sabe es como el que no ve, y el que no ve tiene que ir conducido por un lazarillo a donde el lazarillo quiere llevarle, que raras veces es a donde el ciego le conviene, que casi siempre es donde le conviene al lazarillo.
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| "Recordando al clásico", en Gedeón, enero de 1909. Caricatura alusiva a la última irrupción de Costa en la política española, cuando acudió a Madrid en 1908 para pronunciarse en contra del proyecto de Ley Antiterrorista de Maura, fuertemente criticado desde la izquierda, que lo consideraba contrario a los derechos fundamentales de la Constitución de 1876 (¿Qué pensaría Joaquín Costa de la actual "Ley Mordaza"). |
