martes, 22 de septiembre de 2015

Antonio Carrión In Memoriam


Ayer conocimos la triste noticia del fallecimiento, a los 103 años de edad, de Antonio Carrión Giménez, nuestro centenario amigo, incansable luchador por la libertad y la justicia social, que no hace mucho nos regalaba sus memorias Voluntad de mañana: 1912-1945 (véase: http://www.psicosociales.com/voluntad_de_manana.htm).
Sin la menor duda, Antonio, de quien nunca podremos olvidar su extraordinario vitalismo y optimismo, su férrea voluntad, su exquisita educación y su impecable presencia, disfrutó de un vida plena en el más amplio sentido del término. Sin embargo, hoy nos embarga la tristeza de no poder ya volver a disfrutar de su conversación, de no poder seguir aprendiendo de quien, realmente, era la memoria viva de uno de los periodos más convulsos y más apasionantes de nuestra Historia, de quien acumulaba, en fin, la sabiduría que solo pueden dar los años y la experiencia, una sabiduría y una memoria que generosamente nos regaló en sus últimos años de vida en Graus.
Mañana miércoles 23 de septiembre, a las 16 horas, en el Espacio Pirineos de Graus, se llevará a cabo un acto de despedida en memoria de Antonio, que pretende ser, ante todo, pese a la triste circunstancia que nos convoca, una celebración de la vida. En él se contará con micrófono abierto para que quien así lo desee pueda participar libremente.
Por nuestra parte, recogemos a continuación, en memoria de Antonio, un texto de nuestro compañero Jesús Sampériz, en el que nos recuerda los años que compartió con nosotros y nosotras en Graus, y al que sumamos un vídeo sobre el momento en el que se le hizo entrega a Antonio del primer ejemplar de sus memorias Voluntad de mañana.
¡Que la tierra te sea leve, compañero!
Antonio Carrión no nació en Graus, aunque lo conoció desde mucho antes que la mayor parte de los nacidos en él. Antonio llegó a nuestra comarca cuando los españoles se desangraban en medio de una guerra propiciada por la ambición de unos pocos que no se resignaron a que las leyes y la voluntad popular fueran el único árbitro de la convivencia.
En marzo de 1938 acompañó a cientos de ribagorzanos hacia un futuro incierto al otro lado de la frontera. La Historia, o sería más justo decir la inquina de los victoriosos, lo convirtió en exiliado, condenado a muerte, fugitivo y vuelo a exiliar en Francia en Túnez y, avanzados los años 60…, otra vez Barcelona.
En estos últimos 50 años, Antonio paseó a menudo por Barbastro, Caixigar y Graus, recordando y charrando con quienes lo conocieron y, al final, hace ya más de 10 años, después de despedir a buena parte de su familia, decidió que Graus sería su lugar de residencia. Eso sí, no iba a conformarse con una estancia pasiva y regalada. En su cabeza había tantos recuerdos de lo pasado y tantas ganas de participar, de vivir en el presente, que, a su calor, se crearon en charlas, encuentros y conversaciones.
Hasta la semana pasada se le ha podido escuchar en las tardes de Radio Ribagorza, asomándose al porvenir desde la ventana de la Historia. Antonio ha sido crítico con la sociedad actual, lo ha sido con las nuevas propuestas y ha visto la necesidad de una sociedad generosa, que construya el mejor de los futuros posibles desde la voluntad colectiva de no caer en los viejos errores.
Después de casi 104 años ha cruzado al otro lado del tiempo.
SALUD, COMPAÑERO.

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